Recientemente, los que apreciamos la buena música estamos viendo como se vulgariza y echa a perder el significado de la palabra "Rock" hasta extremos que nunca se han visto, gracias a engendros que viven del cuento grabando un par de discos de pop y mandandolos a Los 40 Truñones.
El auténtico músico rockero es aquel que se compone sus propias canciones con alma y talento, no el que coge una guitarra y por cantar un par de "polleces" poperas a un micrófono. Hablo de gente comprada y vendida por discográficas (como Beyoncé, Alejandro Sanz, Alex Ubago o El canto del Loco) o de Disney, como son Miley Cyrus o los Jonas Brothers. Que se llame “cantantes de rock” a esos personajes que viven más de la prensa rosa que de sus méritos artísticos es una falta de respeto para los que defienden el auténtico nombre del género. La televisión se encarga del resto, masacrando si aún quedaba el nombre de la buena música, promocionando el festival Rock in Rio y comentando que “Madrid será la capital del rock!!” mientras ponen un videoclip de la Hanna Montana.
No hace mucho tuvimos que tragarnos la oleada del Regaetón, después el cáncer de Tokio Hotel, y luego lo que llamaban Camp Rock; pero lo que ha colmado el vaso es el festival Rock in Rio 2010. ¿Quién ha puesto a Shakira, David Guetta o a Miley Cyrus compartiendo cartel con bandas míticas como Motörhead o Metallica, y más que deberían estar?
La historia del Rock la han escrito artistas y grupos como Scorpions, AC/DC, Led Zeppelin, The Who, Rolling Stones, Guns n Roses, Aerosmith, Pink Floyd, Heroes del Silencio, y los que han llegado después, todos sabemos quienes son.
Si Freddie Mercury o Jimi Hendrix se levantasen de la tumba y vieran en lo que se ha convertido el mundo que ellos dejaron...